Lo Que Fermenta Vivo, Cuenta Historias.


Lo que nos hace decir ¡Qué Bollo!
En ¡Qué Bollo! no hacemos pan rápido. Hacemos pan con alma.
Cada bollo nace de harinas limpias, fermentación natural y fuego lento. Somos una bollería que no endulza la verdad: sin bromato, sin blanqueadores, sin atajos.
Nuestros bollos se sienten, se honran y se celebran.

Científica de la masa. Rebelde del sistema.
Magda no vino solo a hornear. Vino a demostrar que un buen bollo puede ser delicioso, nutritivo y libre de culpa.
Con su pasión radical, construyó ¡Qué Bollo! desde cero. Estudió, experimentó, viajó. Aprendió de los mejores (como el equipo de DiCake en Inglaterra) y desarrolló su propio proceso de fermentación lenta de hasta 72 horas.
Magda lidera no solo con sus manos, sino con su convicción. Hoy, a través de ¡Qué Bollo!, Bollo Lab y Bollo Madre, comparte ese conocimiento como quien comparte pan en la mesa: con generosidad, con alma y con gratitud.
Más que un bollo.
Es un manifiesto.
No queremos solo vender. Queremos hacerlo mejor. Creemos en volver al origen, en dejar que el tiempo haga su trabajo, y en alimentar sin engañar.
Por eso, en ¡Qué Bollo!:
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No usamos bromato ni químicos agresivos.
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No le damos color al pan. Se lo damos al proceso.
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No imitamos sabor. Lo creamos desde la harina.
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No ocultamos la fermentación. La celebramos.
El bollo es cultura. Es vida. Es salud.
Y en nuestras manos, también es acto de rebeldía.
